La gran renuncia en España: ¿De qué se trata?

empleadores analizando los efectos de la gran renuncia en la empresa

En los últimos años, la gran renuncia (o en inglés "the big quit") ha dejado de ser solo un fenómeno en los Estados Unidos para convertirse en una realidad que está sacudiendo los cimientos del mercado laboral español.

Este fenómeno no solo refleja un incremento en las dimisiones, sino también un cambio profundo en cómo las personas perciben su trabajo, su tiempo y su bienestar.

Para los departamentos de Recursos Humanos, la gran renuncia en España supone un desafío crucial: no solo deben entender las razones detrás de este movimiento, sino también adaptarse rápidamente para retener talento, mejorar la satisfacción laboral y rediseñar las estrategias de gestión. Pero, ¿cómo hemos llegado hasta aquí y cómo está cambiando la manera en que trabajamos?

Sigue leyendo para descubrir más sobre la gran renuncia y su impacto en el mundo laboral.

¿Qué es la gran renuncia?

La gran renuncia, o la gran dimisión, refiere a un fenómeno social que comenzó a observarse en los Estados Unidos a partir de 2021 (unido a la vuelta a la oficina tras la pandemia de COVID-19), cuando millones de trabajadores insatisfechos de diversas industrias y profesiones empezaron a dejar masivamente sus empleos.

Esta tendencia comenzó a extenderse a nivel global, lo que marcó el inicio de un cambio significativo en el comportamiento laboral. El término "gran renuncia" o "big quit" fue introducido por Anthony Klotz, psicólogo y profesor en la Escuela de Negocios de la Universidad de Texas.

Específicamente, entre marzo y julio de 2021, cerca de 4 millones de trabajadores en Estados Unidos dejaron sus empleos cada mes, acumulando un total de 12 millones de renuncias en ese breve periodo. Este fenómeno, que marcó un récord histórico, también comenzó a notarse en España.

Así, en 2022, más de 70.000 trabajadores decidieron abandonar sus puestos de trabajo, marcando un récord histórico en el España. Esta tendencia continuó en 2023, con un incremento del 67% en las dimisiones respecto al año anterior.

En 2024, la situación se intensificó aún más. Hasta agosto, se registraron 1,38 millones de dimisiones, estableciendo un nuevo récord en el mercado laboral español.

¿Cómo surgió la gran renuncia?

El confinamiento de 2020 provocó numerosos cambios en el ámbito profesional. Por un lado, trajo consigo transformaciones positivas como el auge del teletrabajo, los modelos híbridos de trabajo y una acelerada digitalización, que contribuyeron a simplificar y modernizar nuestra vida laboral.

Sin embargo, la pandemia también dejó un impacto negativo significativo en la salud mental de muchos trabajadores.

La pérdida de seres queridos debido al COVID-19, haber enfrentado la enfermedad en distintos grados o, simplemente, haber vivido meses marcados por el confinamiento, las restricciones y un ambiente de incertidumbre y ansiedad, llevó a millones de personas en todo el mundo a replantearse aspectos fundamentales de su vida cotidiana.

Este proceso fue especialmente impulsado por la disponibilidad de más tiempo libre, aunque limitado por la imposibilidad de disfrutar del ocio y la socialización habituales.

De esta manera muchos empleados comenzaron a cuestionar si las largas jornadas y la falta de flexibilidad merecían la pena.

Este tiempo de introspección llevó a un cambio de mentalidad: el trabajo ya no es solo un medio para ganarse la vida, sino una parte de un equilibrio más amplio entre lo personal y lo profesional.

Este deseo calidad de vida y de control sobre el tiempo está impulsando a muchos a decir adiós a trabajos que ya no alinean con sus valores.

¿Cuáles son las consecuencias de la gran renuncia?

El impacto inmediato de la gran renuncia es, sin duda, el aumento en los índices de desempleo, pero lo que resulta aún más alarmante es el ascenso vertiginoso de la tasa de rotación laboral en los países donde se expande este fenómeno.

El efecto de contagio provoca que millones de personas comiencen a exigir más de sus empleos y se vuelvan conscientes del deterioro evidente en la gestión del talento dentro de muchas empresas e industrias.

El cambio cultural que acompañó este fenómeno ha puesto de nuevo en el centro de atención un concepto que, aunque siempre fue importante, ahora se ha convertido en esencial para el éxito empresarial: el valor de las personas. La idea de ver a los empleados como simples piezas de un engranaje productivo ha quedado atrás.

Hoy, los trabajadores (sobre todo los jóvenes) son más conscientes del valor que aportan y, por ello, exigen condiciones y reconocimiento acorde con la relevancia de sus roles dentro de una empresa.

Por consiguiente, cada vez más, los responsables de recursos humanos se preocupan por crear entornos laborales saludables, apostando por innovadoras propuestas de cultura empresarial, como la flexibilidad en los horarios de trabajo.

¿Cómo enfrentarse a la gran dimisión?

Para los departamentos de Recursos Humanos, esta pregunta es crucial. La gran renuncia no solo pone a prueba la capacidad de las empresas para retener talento, sino también su habilidad para adaptarse a un panorama laboral completamente transformado.

Entender la gestión del talento a través de la pirámide de Maslow se convierte en una herramienta esencial en este contexto.

Según esta teoría, las necesidades de autorrealización, tanto personales como profesionales, se encuentran en la cúspide. Sin embargo, estas metas elevadas solo pueden alcanzarse cuando las necesidades más básicas han sido plenamente satisfechas.

Esto significa que, antes de hablar de desarrollo y aspiraciones, es necesario garantizar aspectos fundamentales como una compensación justa, condiciones de trabajo adecuadas y estabilidad emocional. Estos pilares básicos son, en definitiva, la base de una estrategia efectiva para frenar la ola de renuncias.

En este contexto, si nuestro objetivo es motivar a los empleados y alcanzar un rendimiento laboral óptimo, lo primero es asegurar que se satisfacen las necesidades fundamentales relacionadas con su carga de trabajo, el tipo de jornada laboral y la compensación económica. Esto, claramente, es lo mínimo que debe garantizarse.

Sin embargo, en un entorno marcado por lo que se podría considerar una "revolución cultural", el simple hecho de contar con una plantilla numerosa ya no es suficiente.

Los trabajadores, particularmente tras el impacto de la gran renuncia, están exigiendo un reajuste en los valores fundamentales de las empresas, buscando que estos estén alineados con sus prioridades actuales, que han cambiado drásticamente desde la era pre-Covid.

Para afrontar la posible ola de renuncias, es necesario implementar estrategias que nos permitan adaptarnos y mantener la estabilidad, asegurando que las necesidades emocionales y de bienestar también sean atendidas.

1. Crea una experiencia significativa

Los empleados pasan una parte significativa de su día, ya sea en la oficina o trabajando desde casa, concentrados en sus responsabilidades. Por ello, el trabajo debe ser más que solo una fuente de ingresos; debe satisfacer también otras necesidades.

Conoce mejor a tu equipo realizando encuestas para identificar qué aspectos pueden mejorar la experiencia laboral dentro de tu empresa. Diseña una estrategia de gestión que se enfoque en beneficios clave como la compensación flexible, un ambiente laboral positivo y la flexibilidad en los horarios.

2. Reconoce el valor de tu equipo

Para fomentar un verdadero compromiso, es esencial que el trabajo se convierta en una experiencia que también influya positivamente en otras áreas de sus vidas. Implementa programas de reconocimiento y planes de formación que permitan a tus empleados sentirse valorados y motivados a crecer dentro de la organización.

3. Define objetivos claros y alcanzables

Para evitar la desmotivación y las renuncias masivas, es crucial que todos los miembros del equipo tengan claro lo que se espera de ellos. Podrías crear un recorrido del empleado que marque un camino claro de expectativas y desarrollo, asegurando que cada etapa de su evolución en la empresa esté bien definida.

4. Crea una cultura de confianza

Un empleado que siente confianza en su liderazgo y en sus compañeros es un empleado que no tiene motivos para renunciar. La transparencia en la toma de decisiones y el reconocimiento del esfuerzo son claves.

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Conclusión

En resumen, la Gran Renuncia en España no es solo un fenómeno de cifras y estadísticas; es un reflejo de un cambio profundo en la mentalidad de los trabajadores y las empresas.

Lo que está en juego es mucho más que la retención de talento: es la necesidad de crear entornos laborales que prioricen el bienestar, la flexibilidad y el reconocimiento.

Si las empresas quieren afrontar este desafío con éxito, deben adaptarse a las nuevas expectativas de los empleados, entendiendo que un salario justo y un horario flexible son solo el comienzo.

La clave para evitar que la ola de renuncias siga creciendo es construir una cultura laboral basada en la confianza, la motivación y el sentido de propósito. En última instancia, el valor de las personas es el verdadero motor que impulsa el éxito organizacional en el mundo post-Covid.

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